Para cuando lograron extinguir las llamas luego de varios días de ardua tarea las instalaciones del Rompehielos Almirante Irízar estaban completamente destruidas en un 80 por ciento. El fuego se había declarado poco después de las 22 del 10 de abril de 2007 en el área de generadores eléctricos cuando el buque navegaba a la altura de Puerto Madryn en su viaje desde Ushuaia hacia Buenos Aires luego de completar la campaña antártica 2006 – 2007.
Siete años después el Ministerio de Defensa de la Nación celebra que la reparación del emblemático navío ya entró en su etapa final y podría volver a la Antártida para la campaña 2015 – 2016. “Hay que valorar las decisiones que se tomaron, hemos decidido repararlo en la Argentina, hemos decidido tomar quizás el camino más difícil, el de repararlo acá, en Tandanor, y frente a la crítica sin sustancia, frente a la crítica malintencionada podemos decir que esta ha sido una de las grandes decisiones del Estado argentino, apostamos por la industria nacional yhoy, la reconstrucción del Irízar, porque esta ha sido una reconstrucción casi total, ya está terminada en un 90%” aseguró días atrás el ministro Agustín Rossi en su recorrida por el buque.
“Lo único que había quedado era la carcasa y ahora vamos a tener un rompehielos completamente nuevo, más moderno, con mayor capacidad de laboratorios, de tripulantes y construido 100% con mano de obra argentina” explicó el ex jefe de la bancada del Frente para la Victoria en Diputados.
Todos los días 400 personas trabajan en la reconstrucción del Irízarque, una vez finalizado habrá demandado 1,2 millón horas hombre de trabajo. El nuevo rompehielos cuadruplicó su capacidad de laboratorios y camarotes, genera energía suficiente para abastecer a una ciudad de 3 mil habitantes y tiene una autonomía de 60 días.
El secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, Santiago Rodríguez, explicó ademásque la tarea de reconstrucción “incluye una importante automatización, que redobla los controles de seguridad” y permite al Irizar operar “con una dotación más reducida. Pasamos de 2.000 puntos de control a 5.000, lo que además asegura que todo lo que pase en el rompehielos este bajo control”, explicó. El rompehielos tenía “tecnología de los años 70; esta obra permitió renovar muchos equipos que eran a válvula y ahora son electrónicos, mejorando el rendimiento y miniaturizando equipamiento, lo que libera espacio para carga útil. Por ejemplo -detalló-, antes había una sala de control meteorológico que ahora se resuelve con una notebook”.
“Todos lo que trabajamos en este proyecto esperamos con ansias el día que el Irizar vuelva a partir hielos antárticos, y eso va a llegar dentro de poco gracias al trabajo de muchas personas que todos los días trabajamos, pensamos y gestionamos para eso”, aseguró a su vez el capitán del rompehielos, Diego Sánchez..